sábado, 18 de octubre de 2014

DORADA A LA SAL CON MICROPAPAS Y ALIOLI





La dorada y la lubina son primas hermanas, osea que también se puede con la segunda.

Se compra las 2 doradas grandecitas o 4 menudas que caben en la fuente del horno, si queremos dar de comer a cuatro, y les quitan solo la tripa (así no se mezcla al abrirlas y no hay gran variación), no se desescaman. Se compra un par de kilos de sal gorda.

Se compran también una docena de patatas medianitas y una tarrina de alioli, que también puede prepararse en casa como si fuera mayonesa pero con 1-2 dientes de ajo.



Se pone una base de sal, se secan bien las doradas para que no se peguen a la sal, y se cubren por encima también con un dedo de sal. En 30 minutos de horno están echas, a 220 º.

Las patatitas se hacen al microondas: lavadas con piel dentro del pirex con tapa 12 minutos a máxima potencia, se saca el recipiente y vacía el caldo para que se muevan de sitio las patatas y luego otros 10-12 min. Se quedan arrugadas como al horno.



Se sacan las doradas y se usa una rasera para golpear la costra y romperla, unas tijeras para abrir por la mitad la piel y extraer los filetes sin que entre la sal a la carne. Con un poco de maña se sacan los dos filetes de cada cara a un plato y se acompañan con 3-4 patatas, que se abren y se aliñan con una pizca de sal y el alioli.



Vaya menú de sábado tan apetitoso y sano, después de una semana de andar por ahí dando botes.