lunes, 1 de abril de 2013

PALETILLAS DE CORDERO ASADAS

Mi abuela Piedad, maestra de Abarán en la posguerra, las mandaba al horno del Jarico. En los pueblos, los hornos de leña, después de hacer el pan, se llenaban de llandas de las casas con asados, empanadillas o madalenas... Se veía pasar a las mujeres con la llanda en la cabeza, apoyada en un paño blanco.


Con un par de paletillas de 1 kg a 1 kg y ¼ , o un cuarto delantero de cordero (para 4).
 Partir en trozos de ración la carne. Salpimentamos.


Con un vaso grande aceite sofreir media cabeza de ajos con su piel y un puñadito de piñones o almendras cuidando que no se arrebaten. En ese mismo aceite vamos sofriendo el cordero para caramelizar su superficie. Vamos colocando la carne sobre la bandeja de horno.
Los dientes de ajo y piñones se pican con perejil y se embadurna con la pasta del mortero la carne.


Se pone el horno a 180º, se mete la bandeja en el segundo nivel inferior, y se le añaden un vaso de agua y medio de vino blanco a la bandeja, sin regar la carne.
 (15 min) Sacar bandeja y colocar las patatas a gajos, previamente saladas y sofritas en el mismo aceite de la carne. Añadir un vasito de agua a la bandeja, si se ha consumido.

Es hora de abrir el vino (Juan Gil, se lo ha ganado a pulso) conversar con el aperitivo.

Cada 15 - 20 min se atiende el asado: se le dan la vuelta a las tajadas, se rota la bandeja para que lo trozos de adelante quedan dentro del horno, y se añade un vasito de agua, siempre a la bandeja.
 La parte de arriba se va secando cada vez, y al darle la vuelta se vuelve a remojar, ablandando el interior y conservando el sabor.

(75-90 min) Fin.


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